"Al principio de la creación, varón y hembra los hizo Dios. Por esto dejará el hombre a su padre y a su madre, y se unirá a su mujer, y los dos serán una sola carne; así que no son ya más dos, sino uno. Por tanto, lo que Dios juntó, no lo separe el hombre" Marcos 10:6-9

El matrimonio es una institución creada por Dios mismo teniendo su origen en el huerto del Edén, donde nuestro Creador pensó que no era bueno para el hombre que éste estuviera sólo y consideró y le hizo una ayuda idónea. De una costilla que Dios tomó del hombre, hizo una mujer, y se la trajo al hombre. Dijo Adán entonces: Esto es ahora hueso de mis huesos y carne de mi carne. 

"Por tanto, dejará el hombre a su padre y a su madre y se unirá a su mujer
y serán los dos una sola carne." Génesis 2:24

No le dió Dios al hombre otro hombre para que fuera su ayuda idónea, ni pensó en hacer dos mujeres para ese mismo propósito; la pareja que El quería crear tenía que complementarse uno al otro, por lo tanto, tenían que ser diferentes. Y le plació crear a un hombre y a una mujer, la única combinación que iba a poder dar los resultados que El había concebido en su mente y en su corazón. Y Dios mismo ofició la ceremonia de su unión y los bendijo y les dijo: Fructificad y multiplicaos y llenen la tierra… 

"El que halla esposa halla el bien, y alcanza la benevolencia de Jehová" Proverbios 18:22

"Mujer virtuosa, ¿quién la hallará? Porque su estima sobrepasa largamente a la de las piedras preciosas. El corazón de su marido está en ella confiado,  y no carecerá de ganancias. Le da ella bien y no mal todos los días de su vida" Proverbios 31:10-12

"Conoció Adán a su mujer Eva, la cual concibió y dio a luz a Caín, y dijo: Por voluntad de Dios he adquirido varón" (Gén.4:1) La mujer se sentía digna porque la relación que vivía con su marido estaba en la perfecta voluntad de Dios. Esa unión había sido bendecida por Dios, por lo cual ella se consideraba bienaventurada. 

La intimidad en la pareja es algo que salió del corazón de Dios y lo creó única y exclusivamente para el matrimonio entre un hombre y una mujer, unidos ante Dios y ante los hombres, pues en ésto tiene que mediar un pacto y un compromiso; lo que distingue y hace diferencia entre esta relación y cualquier otra.

Fuera del matrimonio, aunque ambos en la pareja sean solteros, es abominación ante los ojos de Dios, y al practicarlo, se está retando y ofendiendo sin temor alguno la Soberanía Divina, lo cual conlleva serias y tristes consecuencias. No hay ninguna razón ni justificación posible delante de Dios para tal acción. En el matrimonio,  es  bendición, pero fuera de él supone una triste e irremediable maldición.

Dice el Dr. James Dobson en uno de sus libros y cito: "Cuando una nación está compuesta de millones de unidades de familias devotas y responsables, toda la sociedad es estable, responsable y resistente. Por el contrario, la descarga indiscriminada en esta área  fuera del matrimonio es potencialmente catastrófica. La misma fuerza que une a un pueblo pasa ahora a ser un agente de destrucción.

Son muchas las consecuencias trágicas y execrables por causa de la revolución sexual, y es vergonzoso presentarla con colores románticos y glorificarla. Dios ha prohibido tal irresponsabilidad para ahorrarnos las consecuencias desastrosas. Los individuos y las naciones que deciden desafiar los mandamientos de Dios  pagan cara su locura.

Este es el único medio diseñado,  designado y aprobado por el Creador para que la especie humana se multiplique; y por el compromiso y seriedad y las responsabilidades que ésto conlleva, no puede ser entre cualquier pareja; Dios lo reservó para el matrimonio entre un hombre y una mujer, en el cual, a través de un pacto hecho en medio de testigos se comprometen ambas partes a asumir unos deberes y unas responsabilidades del uno para con el otro. Tomando esto en cuenta, resulta en bendición, pues tienen la aprobación divina. 

 "Sea bendito tu manantial, y alégrate con la mujer de tu juventud, como cierva amada y graciosa gacela.  Sus caricias te satisfagan en todo tiempo, y en su amor recréate siempre." Prov. 5:18-19

Dios sabía que en el matrimonio, se iban a dar en la diaria convivencia, ciertos choques, diferencias y situaciones problemáticas entre ambos, los cuales el diablo los iba a querer usar para adelantar su causa en contra del hogar, la familia y la sociedad. ¡De cuántas formas y maneras se vale el enemigo de las almas para tratar de separar lo que Dios unió! ¡Cuánta ira siente cada vez que ve que en el matrimonio hay celo por mantener la unidad aun en medio de toda asechanza y adversidad! 

¿Cómo puede haber esa unidad tan necesaria en el matrimonio? ¿De dónde sale? ¿Qué hacer para conseguirla? Es el AMOR, el vínculo perfecto, lo único que puede llevar a cabo tan alta demanda por parte de Dios. Sin amor no puede haber unidad … por lo tanto, el fundamento esencial para que un matrimonio permanezca firme y estable a través del tiempo y a pesar de los momentos de crisis que le toque vivir es el AMOR.

No me refiero al amor humano imperfecto y egoísta, que dura hasta que deja de recibir y que envuelve cierto grado de interés, ni al enamoramiento fugaz basado sólo en pasión carnal, sino a aquel que a pesar de las diferencias y los momentos no tan felices, permanece dando y perdonando. Y es esta la semilla de amor que se siembra y que en su tiempo da sus nutritivos y sabrosos frutos. Es esta clase de amor la que se vale aún de las circunstancias adversas para fortalecerse y crecer, la que se ha enriquecido por medio de experiencias que han contribuído a afirmar la relación. 

Según Dobson, el amor real, no un capricho por intenso que sea, es la expresión de un aprecio profundo por otro ser humano: es darse cuenta de los deseos y necesidades del otro, pasadas, presentes y futuras. Es un entregarse generoso, un interés y un cuidado. No te hagas de ilusiones, estas actitudes no caen dentro del "a primera vista ", como si uno se cayera en una zanja. El entusiasmo y ardor de un apasionamiento puede parecer amor de primera calidad, pero no es una condición que permanezca. ¡Esto es definitivo! 

En el curso de mi vida, dice Dobson, he desarrollado un amor duradero por mi esposa, pero no es algo que se haya dado en un momento. Fui creciendo en ello, y este proceso requirió tiempo. Tuve que conocerla bien para poder apreciar la profundidad y estabilidad de su carácter,  y familiarizarme con los claroscuros sutiles de su personalidad. La intimidad del contacto que ha ido floreciendo nunca podría ser engendrada por un "inesperado paseo encantado a la luz de la luna "  ó  " una deliciosa conversación en una sala llena de gente".  NO, no se puede amar a una persona desconocida, por atractiva que sea.

El matrimonio abarca y comprende muchas áreas en el compartir diario de la pareja, en lo cual la manifestación del amor verdadero debe de ser el fundamento. El respeto, la consideración, la admiración del uno por el otro, pasar por alto los defectos y exaltar las virtudes propias de cada cual, la buena comunicación, la disposición firme de perdonar y de pedir perdón cuando sea necesario, etc. ... todo esto es lo que propicia una feliz convivencia, rica y edificante en todas la áreas.

El mundo ha hecho del sexo un dios, enalteciendo las bajas pasiones y tergiversando el propósito original para el cual Dios lo creó. En este tiempo, más que en ningún otro, se da como bueno y aceptable relaciones entre cualquier pareja, no importando género, ni edad, ni status civil, propiciando esto a un desenfreno de pasiones, libertinaje e inmoralidad, abonando así al caos, confusión y deterioro de la sociedad. 

 

Ni los gobiernos, ni las leyes sometidas, impulsadas y aprobadas por personas sin temor de Dios, ni grupos que abogan por supuestos derechos, ni nadie, podrá en manera alguna, cambiar ni alterar un ápice la Ley absoluta e inquebrantable de Dios y, por supuesto, tampoco las consecuencias que se acarrean por no obedecerla.  

Sobre el alto hay uno MÁS ALTO, y Este es SANTO y SOBERANO en el cielo y en la tierra y debajo de la tierra y a quien, ante sus estatutos, todos tenemos que decir: AMÉN.

  La relación íntima Dios la creó UNICA y EXCLUSIVAMENTE para el MATRIMONIO entre un Hombre y una Mujer.  Cualquier otra combinación, producto de bajas pasiones, es una degeneración, aberración, abominación y anti-natural ... y va en contra de los principios establecidos por Dios. Los que hemos conocido el amor y la verdad de Dios no aceptamos ni aprobamos tales conductas, las cuales, atentan contra los valores y la moral, la estabilidad y buen funcionamiento de la familia.

El amor es sufrido, es benigno

El amor no tiene envidia

El amor no es jactancioso, no se envanece

No hace nada indebido, no busca lo suyo

N o se irrita, no guarda rencor

No se goza de la injusticia, mas se goza de la verdad
Todo lo sufre, todo lo cree

todo lo espera, todo lo soporta.

El amor nunca deja de ser.

          1 Corintios 13:4-8

El amor en un matrimonio conforme a la voluntad de Dios permanece a través de los años porque "El amor nunca deja de ser". Cuando dijiste SI a JESUS, el amor de Dios fue derramado en tu corazón por el Espíritu Santo que nos fue dado, de modo que el primero en beneficiarse de este regalo único y  valioso debe ser tu cónyuge, manifestándose en todas las áreas de la convivencia diaria. 

El AMOR es un don, es una virtud que nadie puede crear por mucho que se esfuerce. Sólo Dios lo puede dar a aquel que reconoce que lo necesita y lo anhele, primero para amar a Dios por sobre todas las cosas, segundo, para amarse a sí mismo y luego para poder amar a los demás. Es lo único que puede hacer que en un matrimonio permanezca el ingrediente esencial: la unidad.

Ese amor sólo se hace patente, real y permanente cuando Cristo Jesús entra al corazón del hombre y la mujer y se convierte en dueño y Señor de nuestras vidas. Es JESUS el amor de Dios manifestado a la humanidad y cuando le permitimos que El sea el centro de nuestro hogar y de nuestro matrimonio obtenemos la victoria segura. ¡A El damos GLORIA!

¿Te identificas con lo expuesto en este artículo? ¿Se asemeja esto en algo a la realidad vivida en tu matrimonio? Pues ten por cierto, que altos son los propósitos que Dios tiene para con ustedes como pareja. Si han permanecido a pesar del caos y la confusión y ésto ha hecho que se acerquen más el uno al otro; si amas hoy a tu cónyuge más de lo que le amabas en el pasado, si has aprendido a valorar más a tu esposo o esposa y a la unión de ambos, si sabes ahora con certeza lo que un matrimonio realmente supone y significa y estás en la mejor dispocisión y voluntad de conservarlo …pues entonces, dale gracias a Dios por lo que antes no entendías pero que hoy comprendes clara y perfectamente. ¡ALELUYA al CORDERO! 

Para conservar un matrimonio hay que pagar un precio y bienaventurado es el que está dispuesto a hacerlo. Recompensa hay de parte de Dios para el responsable y valiente, el que sabe darle al matrimonio, al hogar y a la familia el valor que realmente tienen. 

El matrimonio que nunca ha pasado por momentos difíciles y severos, se puede considerar agraciado y bienaventurado; pero aquel que en medio de toda adversidad y a pesar de todas las tormentas que le han azotado y todos los intentos del diablo por separarlos, su unión ha permanecido a través de los años, no más débil sino más fuerte, no distanciados sino más unidos, es considerado victorioso, pues ha luchado, ha peleado contra el enemigo y ha triunfado. ¡Si no hay batalla no hay VICTORIA!

Pidámosle a Dios que nos revele amplia y claramente el significado pleno y en todas sus partes de lo que es un matrimonio, el propósito para el cual Dios lo creó y la razón que tuvo en permitir que fueras tú y tu cónyuge los que dijeran un día en el altar delante de Dios y delante de una multitud de testigos: SI, hasta que la muerte nos separe.

"Maridos, amad a vuestras mujeres, así como Cristo amó a la iglesia, y se entregó asimismo por ella, para santificarla, habiéndola purificado en el lavamiento del agua por la palabra, a fin de presentársela a sí mismo una iglesia gloriosa , que no tuviese mancha ni arruga ni cosa semejante, sino que fuese santa y sin mancha.

Así también los maridos deben de amar a sus mujeres como a sus mismos cuerpos. El que ama a su mujer, a sí mismo se ama.  Porque nadie aborreció jamás a su propia carne, sino que la sustenta y la cuida, como también Cristo a la iglesia, porque somos miembros de su cuerpo, de su carne y de sus huesos.

Por esto dejará el hombre a su padre y a su madre, y se unirá a su mujer, y los dos serán una sola carne. Grande es este misterio; mas yo digo esto respecto  de Cristo y de la iglesia. Por lo demás, cada uno de vosotros ame también a su mujer como a sí mismo; y la mujer respete a su marido. EFESIOS 5:25-33

" Vosotras, mujeres, estad sujetas a vuestros maridos; para que también los que no creen a la palabra, sean ganados sin palabra por la conducta de sus esposas, considerando vuestra conducta casta y respetuosa." 

Vosotros, maridos, igualmente, vivid con ellas sabiamente, dando honor a la mujer como a vaso más frágil, y como a coherederas de la gracia de la vida, para que vuestras oraciones no tengan estorbo" 1Pedro3:1-2,7

 

Si aun no le has dicho SI a Jesús ... Hoy es el día

No sigas batallando en tu matrimonio tú solo o sola; dale al Señor la oportunidad de reparar lo que tú y/o tu cónyuge han dañado. Permite que Él tome las riendas de tu hogar y haga de lo que tú consideras un imposible, una bendición real y permanente.

 

 

Jovencita ... Consérvate pura; guárdate para tu esposo.
No tengas en poco, lo que para Dios es  de ¡Mucho Valor!

 

 

 

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